como un desprecio imprevisible entre mis sueños
Desde el silencio impagable del otoño
Con la curtida experiencia del invierno
en la pálida impresencia de las horas...
Vienes antes de la invocación
antes de la plegaria que reclame tu palabra
entre aullidos a lunas ciegas
y gotas ausentes del rocío.
Vienes y te iras antes de oír tu nombre pronunciado,
con los dientes colmados
y los ojos huecos y encendidos
saciados de mi sed por la venganza.
Vienes de mi
o me posees como un verso,
como la esencia de un ser que solo fuimos
antes del tiempo primegenio,
antes de la sed
por olvidar el nombre de las rosas
en el devastador sexo de la nada.
Desde el silencio impagable del otoño
Con la curtida experiencia del invierno
en la pálida impresencia de las horas...
Vienes antes de la invocación
antes de la plegaria que reclame tu palabra
entre aullidos a lunas ciegas
y gotas ausentes del rocío.
Vienes y te iras antes de oír tu nombre pronunciado,
con los dientes colmados
y los ojos huecos y encendidos
saciados de mi sed por la venganza.
Vienes de mi
o me posees como un verso,
como la esencia de un ser que solo fuimos
antes del tiempo primegenio,
antes de la sed
por olvidar el nombre de las rosas
en el devastador sexo de la nada.
Francisco Escalante Iglesias
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