lunes, febrero 28, 2011

Anabánthico...


No temas al abismo del sendero nocturno
pues, ese sereno infierno, es el escondite
del velo negro de las almas sin paraíso
llenas de desesperanza, delirio, tormento,
frío silencio y soledad; donde sólo una lágrima
rompe la condena del hechizo provocado por
los espasmos del veneno.
Un ángel negro te alejará del altar de las
pasiones desoladoras y me llevará en
barcos fantasmas hasta tus brazos de huracán,
mientras caen las hojas secas como plegarias
en los estigmas de nuestros juramentos.
Al cerrar los ojos, la luna confusa te invita
al edén de mis sueños y en santa agonía
te amaré hasta el fin del olvido.

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