sábado, abril 26, 2008

Condenado a recordar

Oscuras hebras de pena me atan a un lecho de muerte,
me arropan gruesas mantas pero la frialdad de mi cuerpo
congela la austera habitación en la que estoy condenado a contemplar sus añejos retratos...
aún parece que fueran a cobrar vida y a liberarme de este tortuoso letargo de desamparo
que me priva de tu exquisita presencia
pero lo mas que consiguen es devolver a mi mente aquellos crudos recuerdos
en los que desviabas tu mirada leonina
hacia el vacío a un lado de nuestros pies,
en los que tu boca purpúrea dejaba escapar una tijera,
en los que allí, en medio del oscuro jardín
donde las palmeras se retuercen hacia un ennegrecido cielo privado de apologías,
donde los setos se balancean por la impetuosa danza de los desgarradores vientos,
en medio de los peldaños toscamente labrados que descienden estrepitosamente,
aquella fria y nebulosa noche cuando tu lengua serpentina enveneno mi persona;
cada una de tus palabras agitaron, rompieron y arrancaron mi corazón
alejando los reinos etéreos de nuestros despedazados lazos
y convirtieron a esta persona en un insípido e inmundo ser
incapaz de amar a alguien que no seas tu.
Tal vez esta vacía carcasa que no puede dejar de añorarte
algún día vuelva a recuperar su arcaica vitalidad,
hasta entonces las cicatrices serán el único motivo para seguir atado
a un orbe vacío si tu no estás.



Tellaph

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